Las encías, también conocidas como tejidos gingivales, son una estructura de tejido blando que recubre los huesos alrededor de los dientes. Su función principal es proteger las raíces de los dientes y los huesos que los sostienen.
Existen dos categorías de encías: las sanas y las enfermas. Las encías sanas suelen ser de color rosado pálido, tienen una textura firme y no sangran al cepillarse o usar hilo dental. Además, se ajustan perfectamente alrededor de cada diente. Por otro lado, las encías enfermas pueden presentar síntomas como inflamación, enrojecimiento, sensibilidad, hinchazón y sangrado al cepillarse o usar hilo dental. Estos signos pueden indicar la presencia de enfermedades periodontales como la gingivitis y periodontitis.
Las enfermedades periodontales pueden ser causadas por diversos factores, como el tabaco, enfermedades crónicas como la diabetes, mal alineamiento dental, medicamentos como los esteroides, entre otros.
Para prevenir las enfermedades que causan la placa bacteriana es importante mantener hábitos de higiene bucal adecuados, como cepillarse tres veces al día, usar hilo dental diariamente, tener una buena técnica de cepillado, no cepillarse después de comer sin haber esperado 30 minutos, mantenerse hidratado, tener una dieta equilibrada y asistir a las citas odontológicas cada 6 meses.
Existen tres tipos de encías que se reconocen fácilmente:
- Encía marginal: es una banda de 1.5 mm de tejido gingival que rodea el cuello del diente en condiciones de salud, no se encuentra adherida al tejido duro y constituye la parte externa del surco gingival.
- Encía adherida: es la parte de la encía que cubre la parte alveolar de los huesos maxilar y mandibular y mide entre 4 y 5 mm de altura.
- Encía interdental: es la porción triangular densa que se encuentra ubicada entre dos dientes adyacentes o vecinos.
Es fundamental cuidar nuestras encías para mantener una buena salud bucal y prevenir enfermedades periodontales.
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